
Hace 20 años, un pequeño grupo de mujeres de mi pueblo nos juntamos para aprender a confeccionar nuestra ropa. Como en muchos otros lugares y épocas.
Allí descubrí una pasión: la magia de convertir un hilo, una aguja y un tejido, en una prenda única, mía. En ese íntimo y periódico espacio se aunaban: creatividad, expresión artística, empoderamiento y sororidad (1) femenina.
Era el inicio de un encuentro con la moda, que iba a revolucionar mi manera de vivirla.
INSPIRACIONES


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UN ARTE ANCESTRAL
Conecto con una actividad manual ancestral, sobre todo femenina. Con técnicas que evolucionaron en épocas y culturas distintas. También un espacio de socialización, de sororidad e identidad cultural, de funcionalidad y de creación artística.
Pero también una industria, un negocio, explotación laboral y social.
LA SOMBRA DE MI ABUELITA
Conecto con la vocación de mi abuelita argentina, autodidacta, como yo. Siempre pensé que era una profesional, pero descubrí que no era así. Nunca supo que yo también la descubrí y que me inspira. Como muchas mujeres de su época, cosía para vestir a la familia, vestidos de novia incluidos. Utilidad y creatividad artística femenina y cotidiana, muy poco valorada. Maruja Cassi, una enamorada de los sombreros y los zapatos: Gracias.
EL IMPACTO DE LA MODA
Descubro que la moda es la segunda actividad más contaminante del planeta.
Sigue un modelo insostenible creando una huella ecológica exponencial y unos residuos sin resolver. Descubro el movimiento y nueva consciencia de la moda sostenible, el Slow Fashion y la necesidad de un proceso circular. Y decido comprometerme.








































(1) Sororidad
Es una palabra derivada del latín "soror" (hermana) que define esa experiencia de complicidad existencial, solidaridad y apoyo mutuo entre mujeres, que todas hemos sentido alguna vez y que no sabíamos cómo definir. Es esa relación que nace espontáneamente entre nosotras, basada en compartir experiencias, intereses, crear alianzas, y cuya consecuencia es nuestro empoderamiento, la toma de consciencia de nuestras realidads y problemas comunes (personales y sociales) .
Unamuno acuñó este término pero fue Marcela Lagarde quien la popularizó en los inicios del movimiento feminista.



